¿En qué consiste la buena enseñanza?
Como profesional en ejercicio de la docencia universitaria,
he tratado de reflexionar y plantearme muchos interrogantes
del proceso de enseñanza aprendizaje, algunos
de ellos entre varios son: ¿Qué es y en qué consiste verdaderamente
la enseñanza? ¿Qué es y de qué depende
el aprendizaje de nuestros alumnos? ¿Logramos verdaderamente
que el proceso de aprendizaje sea significativo
para los alumnos? ¿Cuál es nuestro rol como docentes?
¿Cuál es el rol de los alumnos? ¿Cómo evaluamos, y
cómo nos autoevaluamos? Y muchos otros más.
En este artículo no pretendo tener respuestas, sino abordar
algunos conceptos referidos al proceso de enseñanza
aprendizaje, y la relación entre enseñanza y aprendizaje.
Enseñanza
Para G. Fenstermacher1, desde un concepto básico o genérico,
“la enseñanza es el proceso en virtud del cual
una persona que posee cierto contenido, trata de transmitirlo
a otra persona que inicialmente carece de ese
contenido, de manera tal que ambas personas se comprometen
en una relación a fin de que esta segunda persona
adquiera ese contenido.”
La buena enseñanza es aquella que promueve el desarrollo
personal, profesional y social de los sujetos, así
como la autonomía de pensamiento y acción. Así también
se dice que la enseñanza debe estimular el compromiso
y la responsabilidad ética hacia la tarea y la
capacidad de aprendizaje permanente.
La enseñanza presenta una característica peculiar, la intencionalidad
por parte de una persona o grupo de personas
de influir sobre el aprendizaje de otra u otras personas
en una determinada dirección. La enseñanza tiene
un carácter intencional y un significado social dado que
se generan procesos de transmisión, comunicación, interacción,
recreación y construcción del conocimiento.
La tarea de enseñar consiste en permitir la acción de
estudiar, y en enseñar cómo aprender, enseñar para la
comprensión.